miércoles, 30 de septiembre de 2015
Gabi
domingo, 23 de agosto de 2015
Son esos los días que mas fumo.
martes, 11 de septiembre de 2012
PAU
jueves, 26 de julio de 2012
Ya no soy inmenso
domingo, 1 de julio de 2012
La brisa sopla por la tarde
martes, 26 de junio de 2012
Se ha muerto el gordo cabrón
domingo, 24 de junio de 2012
Le compré la Thermomix
Se ha enfadado conmigo
lunes, 11 de julio de 2011
Hoy le he escrito este correo a mi amiga:
Estimada MMMMMM
Comprendo perfectamente que a determinadas personalidades les resulte muy fácil confundir sus más fervientes anhelos con la realidad, ocurre en algunos casos. Pero lo cierto y verdad, y aunque te pese, yo estoy vivo, y por mucho que no te recates en pregonar en público y privado que para ti, yo estoy muerto, la contumaz realidad es que no solo estoy vivo, sino que en el último reconocimiento médico me han dicho que salvo accidente, casual o provocado, lo más seguro es que dure en este mundo muchos años aunque te pese.
Claro, como estoy vivo, y no me he muerto para el resto de la humanidad, me preocupo por los asuntos que me competen y entre ellos especialmente me preocupo por las sociedades de las que soy accionista y, que súbita e incomprensiblemente, perdieron la mayor parte de su valor a los pocos días de que deje de trabajar en ellas. Por esa razón, en mi correo de 29 de Junio escribí: ..... Sic...Claro, llegado el mes de Junio, a uno le pica la curiosidad, y le apetece conocer el resultado del ejercicio 2010 tanto de (XXX) como de (XXxx). Supuse, evidentemente equivocado, que entenderías que te estaba pidiendo copia de las cuentas anuales. No lo entendiste, no supiste ó no quisiste entenderlo. No pasa nada, estoy totalmente seguro que esta vez si lo entenderás y me las enviarás.
Millón de gracias de antemano.
Un fuerte abrazo de tu amigo
Miguel
jueves, 2 de septiembre de 2010
Por fin la vi
A lo mejor existe algún otro país tan aburrido, tan repleto de meapilas, y católicos recalcitrantes como en Irlanda, pero más no es posible. Lo bueno, no podía dejar de pensar en ella. Lo malo, no podía dejar de pensar en ella.
Por fin la vi entre el mogollón de gente que esperaba la llegada del vuelo en el aeropuerto. Maca era, estaba guapísima, preciosa, pero preciosa de la hostia. Se me cayó el mundo encima. Con 18 años se puede ser toda una mujer increíblemente guapa, y Maca lo era, y con 18 años se puede ser un niñato esmirriado y con pinta de atolondrado, y yo lo era. Allí, en el aeropuerto, después de haber contado impaciente, uno a uno los 685 días que estuvimos separados, me di cuenta que TODO se había jodido. Yo, ya, no era el chico de sus sueños, o tal vez si era el chico de sus sueños, pero no el hombre que ella esperaba, y se notó. Tampoco ella era lo que yo esperaba… Aquello con tacones de 12 cm y minifalda, no se parecía en nada, a la chica con la que competía descalzo corriendo por la playa… Nos abrazamos, pero ya no era lo mismo.
Su:- ¡Dios mío Miky! ¿Qué coño nos han hecho? y el: Te quiero, te quiero mucho, eres mi mejor amigo, pero no me atraes… Eso en mitad de la súper soñada cena romántica preparada durante meses para antes de…. dejó todo bastante claro.
Lo intentamos, claro que lo intentamos, nos queríamos demasiado para no intentarlo. Fue imposible. Yo me había convertido en ese amigo de la infancia al que puedes ver desnudo sin apetecerte otro cosa que darle una sardineta, y ella era esa súper mujer de revista con la que te puedes masturbar viendo sus fotos, pero a la que ni te atreves a tocar, ni sabes muy bien qué hacer con ella…. No hubo reproches y hasta nos reímos compartiendo impresiones.
Nadie nunca luchó tanto por seguir juntos… Ella dejó el aire pija, sus amigos pijos, se bajó de los tacones, cambio la microfalda por los tejanos, se dejó el pelo liso, y la verdad es que solo logramos que, yo dejara de parecer su hermano pequeño, y que nos pidieran a los dos el DNI para entrar en las discotecas….
A veces se nos olvidaba que éramos solo amigos y nos enrollamos como auténticos irracionales… luego, alguno de los dos se despertaba, recordaba que no había porvenir y volvíamos a ser solo amigos. Yo apostaba que si resistíamos juntos hasta los 22 nos sería fácil superarlo todo, pero dos años jugando al escondite con los sentimientos, revientan a cualquiera. Se cansó. Más bien se hartó de rescatar de sus propias contradicciones, a un inmaduro que pretendía comportarse como un adulto sin conseguirlo. (Ella dijo eso) Al final nos buscábamos parejas el uno al otro, yo fui más eficaz, ella más constante… Ella se quedó embarazada con 21 años y yo me había cepillado a todas sus amigas….
lunes, 30 de agosto de 2010
¿Y tú y esa chica os habéis estado besado?
Y un: − ¿Y tú y esa chica os habéis estado besado desnudos? del abuelo, reventó obsceno en el bullicio del comedor dejándolo en silencio. Ocho miradas me mataron. Lo esperaba. No me extrañó. Era el eco, el rebote en el salón de Garabato del: − Macarena y Miky se estuvieron bañando desnudos y se besaron− dicho por la gilipollas de Luisa. La frase se había extendido como el aceite, corrido como la pólvora y por fin había llegado al abuelo. Era verdad pero no fue eso. No fue así. Ni parecido. Fue otra cosa. Así sonaba fatal de la leche y aquello fue otra cosa totalmente diferente. Una broma, un disparate, algo loco, divertido, una chorrada, no hubo nada… pero nada de nada. Es que no hubo nada, absolutamente nada de lo que lo arrepentirse, nada sensual, ni sexual, ni morboso, ni puñetas… nada… Ya me hubiera gustado a mí. Es verdad. Claro que me hubiera encantado besarme desnudo con ella. No, no fue eso, y si lo hubiera sido nunca hubiera sido delante de todos. La mente enferma de Luisa, lo contó así, por eso, porque era y es una enferma retorcida, y por contar algo, por sentirse importante, y para que alguien la escuchara alguna vez en su puta vida. Ocho años más tarde, cuando le volví a dirigir la palabra, me dijo que lo había contado por nosotros, por salvarnos, porque nos estábamos pasando, porque éramos muy jóvenes y estábamos descontrolados… Me dio pena, le desee suerte, y que alguien se le descontrolara encima… El caso es que se nos paró el tiempo durante dos años. Ella directamente interna al Santo Ángel de Madrid y yo, ocurrencia de la abuela, para demostrar que estábamos mas enfadados los Fajardos que los de Lugo, a Irlanda. No volvimos a vernos hasta los dieciocho años.
Los trece y los catorce habían sido años de notitas pasadas a escondidas, de cartas rotas para que no nos las pillaran en casa, de cuatro frases corriendo al salir de clase antes de que Amadou me llevara a casa. Años de miradas pegado a los cristales de un coche que siempre se marchaba. De sábados fantásticos en los que venía a verme jugar a baloncesto, luego montar en bicicleta por las tardes y de los domingos de cines. Siempre, siempre rodeados de una pandilla de quince incondicionales que se partían el culo porque pudiéramos vernos sin que lo notasen las familias. Hubo días realmente fantásticos, como aquel verano en el que ella entraba en Garabato disfrazada de chico y nos pasábamos las tardes montando a caballo o en la playa…. Hasta que el desilusionadísimo: −….deja ya de mirar de esa forma a ese chico, ¡que se te nota mucho! en boca de mi tía Manuela hizo saltar todas las alarmas y nos acobardó lo suficiente como para dejarlo.
Con los quince llegaron otros problemas, según Anabel, mi prima, que como era la mayor, tenía diecisiete, sabia mucho de lo que buscan las chicas en los chicos:- a las chicas les gustan los hombres sensibles, sinceros, y atentos -. Ya me ves a mí cediéndole el paso, empapándome de a Gustavo Adolfo….Hasta que un día, en el bosque, mientras los demás jugaban al escondite entre la niebla, abrazados, después de un beso inmenso me preguntó en qué pensaba recordé, “sensibles” y dije: -Que eres preciosa, absolutamente preciosa, la mujer más bonita sobre la tierra… luego recordé “sinceros” y dije:−que me va a estallar la bragueta… No paró de reírse hasta Junio y estábamos en febrero.
Lo del beso desnudos en la playa de Antequera fue accidental. Todo empezó por la profesora de gimnasia de su colegio, que se empeñó en que hicieran una excursión en barco para conocer la playa y pasar dos noches de acampada. Antequera está junto al faro de Anaga, en la punta de arriba de la isla, es una playa preciosa y solitaria a la que no se llega nada mas que en barco. Entre todos se montó el plan, ellas aceptaban ir a la excursión y nosotros nos la montaríamos para ir por nuestra cuenta y hacer que pareciera una coincidencia. Cuando llegamos llovía a mares. Todo día arracimados en las tiendas de campaña casi sin hablar con ella. Al día siguiente igual, en un momento que pudimos hablamos de la ilusión que le hacia el bañarnos juntos…. Por escandalizar, por chulería, por creerme más hombre, por hacer la gracia…. o por yo que sé… A pesar de la lluvia salí corriendo de la tienda desnudándome mientras corría hacia el mar, ya en el agua me quité el bañador y saludé con él a toda la clase que me miraban desde las tiendas de campaña. No podía verse nada, el agua me llegaba a un palmo del cuello… En aquel momento me encantó, ella con dos narices me siguió e hizo lo mismo… entre risas nos dimos un beso y regresamos corriendo a la orilla muertos de frio… Eso fue todo… Solo eso nos costó dos años internos… y después TODO.
martes, 24 de agosto de 2010
Ellas venían por el mismo lado de la acera
Cuando salimos del colegio ellas venían por el mismo lado de la acera. Me encantó verla. Nos miramos a lo lejos; como siempre, sonrió feliz. Me sentí en la gloria.
Macarena era la niña más bonita de Tenerife. Hasta con el horroroso uniforme del colegio de las dominicas estaba radiante. Yo tenía miedo de que se hubiera enterado, y que algo hubiera cambiado entre nosotros. Se la notaba contenta. Como casi siempre la acompañaban Luisa y Marta, que tampoco dejaban de mirarme. A mi lado Pedro, y mucho mas atrás Amadou, vigilándonos. Al llegar a su lado hicimos el típico corro para hablar. Mientras Pedro hablaba de la película del domingo, ella se puso a mi lado. Muy bajito y sin mirarme dijo: −lo sé… TODO…
−Me sentí fatal, era horrible pensar que ella se hubiera enterado de lo del padre Jesús, y ya pensaba en salir corriendo cuando escuché, más bajito aún: −y estoy muy orgullosa de ti− al tiempo que, con el mayor descaro del mundo, me dio un beso en la mejilla… nos pusimos los dos rojos como tomates, y Luisa Marta y Pedro se quedaron cortados por la sorpresa. En ese momento nos alcanzó Amadou que, muy serio, nos recordó que nos esperaba el coche para subir a casa… No fui capaz de articular palabra, flotaba, ni notaba mi peso, era feliz, totalmente feliz… Ya llegando a casa Amadou dijo que él no contaría nada al abuelo, pero que aquello tenía que terminar. Como si yo no lo supiera me recordó que Macarena era una De Lugo, y eso seguro que no le haría precisamente mucha gracia al abuelo.
El problema es que las dos familias siempre se han llevado mal. Pero no mal de no saludarnos, o no invitarnos a bodas, bautizos o cosas de esas, que no es eso, aunque eso también claro; nos llevamos mal de mal, mal de verdad, de que cada vez que nos hemos enfrentado, más de ochenta veces, alguien ha salido mal parado, arruinado, herido o peor... Por eso la bisabuela, que era de Asturias y está cansada de peleas y enfrentamientos, siempre quiso que nuestra generación acabe de una vez con la peleas. Tampoco tenía muchos partidarios lo de intentar juntar a las familias. La última que había intentado mejorar las relaciones fue Felicidad, hermana del tatarabuelo, allá por el mil ochocientos y pico, se quedó embarazada de uno de los Lugo y terminó en las Clarisas Franciscanas descalzas de Madrid, y él en la cuneta cerca del Poris de Abona. Lo reconocieron porque en el pie izquierdo tenía el segundo dedo mas largo que el gordo...
lunes, 28 de junio de 2010
Prueba 04 Nunca nadie
No salió como teníamos planeado, cuando ya íbamos hacia las canchas, nos paramos un momento y sin decirnos nada, los dos al mismo tiempo nos quitamos los pasamontañas. Tampoco apagamos la luz al llegar a los vestuarios. Ya no teníamos miedo de lo que pudiera pasarnos, realmente no teníamos miedo a nada. El sí. En cuanto nos vio supo a lo que íbamos, salió corriendo por las gradas y hasta llegó a la puerta para escaparse. Dios no ayuda a cabrones como dijo Pedro después, y la puerta se atascó lo suficiente como para que lo pilláramos. Dos chicos de doce años contra un hombre de treinta no es tan fácil… Llegué a pensar que nos molería a tortas. Al final no tuvo suerte y cuando lo tiramos al suelo pudimos quitarle las llaves y abrirle la puerta a Amadou. Cuando entró, con la misma pértiga del salto de altura, dio un golpe seco a escasos centímetros de la cabeza del padre. Con eso don Jesús comprendió el mensaje, dejó de resistirse y se quedó totalmente inmóvil. Amadou, con un gesto nos indicó que nos marcháramos. Nunca supe exactamente que le hizo. Pero el alarido que le sacó, nada más salir nosotros nos sonó a gloria, fue magnífico. Luego, más tarde, cuando ya cruzábamos la calle, volvió a gritar, nos impresionó. Pedro y yo salimos corriendo, estábamos seguros que lo había oído toda la isla. Tardamos muchísimos años en volver a ver al padre Jesús. Desapareció del colegio y hasta de la isla como abducido por extraterrestres. Era muy ridículo, pero preguntabas por él a otros profesores y te contestaban como si nunca hubiera existido un padre Jesús en el colegio. A la mañana siguiente, antes de ir al colegio llamó el abuelo para que subiera a Garabato. Nunca antes me había llamado a su despacho. Me quedé de piedra cuando al entrar estaba Amadou de pie a la derecha del abuelo. Era evidente que Amadou lo había contado todo. Aquel día mi abuelo dejó de ser para mí ese señor distante y serio que siempre había sido. Apenas dijo nada. Se levantó despacio, vino hasta donde yo estaba, se agachó para ponerse a mi altura. Me miro con toda la ternura y cariño del mundo. Me abrazo fuerte, muy fuerte y me dijo: Nunca nadie te volverá a hacer daño, te lo juro Miki, mientras yo este vivo NUNCA NADIE.
viernes, 25 de junio de 2010
Prueba 03 Amadou
La historia de Amadou es complicada. Amadou no existía en la realidad, o más exactamente, oficialmente Amadou estaba muerto. El hombre había nacido al noreste del Senegal, y en una incursión de bereberes lo habían secuestrado y luego lo vendieron a los hombres azules del desierto (saharauis para nosotros). Con dieciocho años escapó de los saharauis alistándose en la legión, y en la legión, después de unos años de servicio, lo condenaron por un delito de sodomía a cinco años de cárcel. Liberado con lo de la marcha verde, antes de caer en manos de los marroquíes a los que odiaba desde siempre, se pasó a las filas del Polisario y en una acción fallida cerca Cabo Juby tuvo que escaparse de los moros refugiándose en una falúa que llevaba pescado al Armandito, atracado a algunas millas de la costa. Los marroquies exigieron la entrega del prófugo al capitán del barco, pero Luiso, que era un vasco gordo y chulo al que los moros le sentaban como una patada en los mismísimos, sabiendo que un prófugo, saharaui del Polisario, tenía los días contados si lo entregaba, les dijo que el polizón había saltado por la borda al intentar detenerlo. Luego levó anclas, y se piró sin dejar que los marroquíes revisaran el barco. Navegó rápido y muy al norte hacia Tenerife, dobló punta de Anaga, dejó a Amadou en Garabato y volvió sobre sus pasos atracando a la hora prevista en Santa Cruz, donde la policía española revisó el barco a petición de la marroquíes. Naturalmente, Amadou fue un hombre libre desde el mismo momento que pisó el Armandito, pero el hombre se sentía tan agradecido por lo de salvar la cabeza que nunca en toda su vida dejó de trabajar para el abuelo. A mí no me gustaba nada Amadou, como a todos me daba muchísima pena que los moros lo hubieran vendido como esclavo en pleno siglo veinte, pero para mí era un hombre extraño, no me fiaba de él, me daba miedo, siempre estaba oculto en las sobras, caminaba escondido y sin hacer ruido, apenas hablaba nunca con nadie, y además, y eso era lo peor para mi entonces, Amadou era un prófugo, musulmán, negro y encima un sodomita. Tardé muchísimo en aceptar la idea de pedirle ayuda, pero al final me di cuenta que o el prófugo o nada. Nos costó un montón encontrar la casa Amadou en la parte alta de la finca. El bosque de laurisilva es tan tupido, y con tanta niebla siempre, que si no sigues la vereda correcta terminas llegando a ninguna parte. Cuando le contamos que queríamos que nos ayudara a pegarle al padre Jesús, se atragantó con el humo de la cachimba que se estaba fumando y por poco se nos ahoga de risa. Lo malo es que no reía precisamente por lo que fumaba. Después ironizó sobre si no preferíamos que como él era negro y musulmán directamente se comiera crudo al cura católico… Ni nos dejo enseñarle el dinero con que pensábamos pagarle su ayuda, y directamente, sin despedirse nos abrió la puerta para que nos marchásemos. Cuando ya bajamos para casa, nos llamó silbando para preguntarnos el porque queríamos pegarle al padre… Se lo contamos. Se le heló la sonrisa, Amadou se quedo serio, luego me tendió la mano y dijo: Será un placer acompañarle mañana, cuente conmigo. Me impresionó muchísimo que me tratara de usted, que me diera la mano, y sobre todo la enorme sonrisa que se le había puesto.
miércoles, 23 de junio de 2010
Prueba 02
Pasó. Juré matarlo. Claro, no lo hice, no pude, pero casi. Con doce años uno jura muchas más cosas de las que puede cumplir. Mientras se marchaba me dijo: lávate y vístete… y deja ya de gimotear como una nena, que no ha sido para tanto. Me vestí y no dije nada, ni en clase, ni en el microbús, ni tampoco al llegar a casa. Me sentía mal, asqueroso, usado, culpable… Culpable sobre todo por no haberlo obligado a que me matara a palos para conseguirlo, por no haberme resistido más, por no habérselo dejado más claro, por haberme quedado petrificado, y sobre todo porque yo sabía que podía pasar, lo sabía, intuía que algo fallaba, que había algo en su mirada que no era normal, sus miradas en el vestuario me lo advertían, y su puñetera manía de abrazar, tocar, dar palmadas… Pero era tan fabuloso ser el alumno preferido del profesor más popular del colegio que no quise pensarlo, no hice nada para evitarlo… había sido mi culpa y me sentía fatal. Además ¿como se cuenta eso en casa…? Por la mañana si que me atreví a decir que no quería ir al colegio. No quería ir. No quería volver a verlo nunca, grité que no quería ir y claro, terminé yendo como todos los días pero cabreado como una mona, muerto de miedo y con una torta de más. En quince días pasé de alumno modelo, al peor del colegio, no me perdonaba una, iba a por mi y me pillaba siempre, el quería que volviera a ser todo normal, como antes, que volviera a jugar a baloncesto, a las duchas, los vestuarios, y yo no quería que volviera a pasar nunca. Cuando llegaron las notas, encima castigado en casa, me cansé y dije, realmente grité, que el padre Jesús era un hijo de puta que le gustaba tocar a los chicos… Menudo eufemismo tocar…. Demasiado tarde. Seguro que si lo hubiera dicho el primer día me hubieran creído, con seis suspensos, dos ceros, y cuatro partes al director por protestar en clase, hasta mi tía Amalia, que me quería a borbotones, dijo que lo que yo estaba diciendo era una infamia repugnante, y que no esperaba esa canallada de mi. Duele mogollón que no te crea quien tiene que creerte. Cuando salí del comedor me estaba esperando mi primo Pedro:- ¿Qué has pensado que le hagamos? me dijo. Nunca le pregunté, ni el a mí, nunca contó, ni yo conté, pero estoy seguro los dos habíamos pasado por lo mismo. Una paliza enorme y bestial, la mayor que nadie pueda dar nunca, fue el acuerdo cuando descartamos lo de matarlo. Esperaríamos a última hora, cuando estuviera en la cancha de baloncesto, desde fuera apagaríamos la luz, y entraríamos los dos juntos con los pasamontañas puestos a por él. Lo único malo es que ni Pedro ni yo nos habíamos pegado en serio con nadie, ni una mala patada en la boca… Teníamos que aprender y entrenarnos… Tardamos casi dos semanas en decidirnos a darnos el primer mamporro que valiera la pena, después fue mas fácil y hasta le cogimos cierto gusto a eso de arrearnos de lo lindo. Parecíamos gilipollas, un día una ceja rota, otro un ojo morado, otro un moretón en la pierna, otro el labio partido, y cada día mas contentos, y siempre con las mismas escusas en casa: he tropezado, me he caído, un balonazo… Pero había que probar, no podíamos lanzarnos a por él sin estar seguros que podríamos darle una buena paliza, Pobre Melchor Zarate. Es que no había otro con quien probar. Fue un desastre. Seguramente fue la paliza de su vida, pero nos dimos cuenta que no podríamos solos con el padre Jesús. Fue una semana horrible. Llegué a pensar en volver al baloncesto. Fue a Pedro al que se le ocurrió contratar a Amadou para que nos ayudara. Amadou era un senegalés, de un metro noventa, que trabajaba para mi abuelo. Impresionaba verlo, tan grande, tan fuerte, tan serio, tan negro y siempre con el sombrero de fieltro negro calado hasta las cejas, su manta esperancera y la recortada escondida bajo el brazo pero siempre al alcance de la mano…
martes, 11 de mayo de 2010
Tinerfe
..- ¿Nosotros hemos violado a alguien?
.- ¿Tú y yo? NO. Seguro. Me acordaría jjajajjaja.
.- No mujer, si me refiero a si la familia ha violado a alguien.
.- La verdad es que joder hemos jodido a muchísimos, pero violar…. No creo… ¿y a que viene ese interés ahora?
.- Es que la gente, cuando lee mi blog… cuando yo les contaba lo de Martín y Guayarmina… Querían que Manuel hubiera sodomizado al Martin…
.- ¡Válgame Dios!... ¡¡VAYA GENTE MÁS DESCEREBRADA!! Pero… pero tú te imaginas a Manuel todo un caballero educado en Londres, un autentico gentleman, bajándose las mayas y dándole matarile al otro delante de su madre, la mujer del otro y su hija…. Inenarrable….
.- No, mujer… se referían a que si el Martin se violó a Guayarmina, lo justo sería…
.- ¡Ya! Si es por eso si. Pero para eso mejor con una lanza o un hierro al rojo…. ¡¡¡No te jode!!! Pero… Si… Bueno… a los falangistas… a esos se los cepilló el Pancho y sus hombres en la cueva…
.- ¿Pero a los falangistas no se les tiró por la Garañona?
.- Sí, pero antes de tirarlos… Lo contó Neme en su diario, más o menos dijo, que Pancho había dicho que aquellos ya no se podrían sentar nunca… ¿si a ti te vale como violación?
.- No era esa la idea, yo buscaba algo más justo, algo mínimamente razonable, no una canallada como aquella…
.- Ya me dirás tú donde estuvo la canallada…
.- ¡Venga ya…! tirar a cinco personas vivas por la garañona ¿a ti te parece razonable?
.- ¿Qué se hace con ellos entonces? ¿Les pones mercromina en el culito y se los entregas al Capitán General para que te fusilen por pegarles? ¿Tú te imaginas lo que le hubiera pasado a la familia si nos pillan con los falangistas en la cueva?
.- Es que nunca se debió detener a los falangistas y mucho menos pegarles la paliza que se les metió… Qué a mí me han contado que hubo que tirarlos con silla incluida porque no se mantenían de pie…
.- Ósea que según tú, la abuela metió la pata cuando… ¡ahí mismo donde tú estás ahora! Con el cuerpo moribundo de Tinerfe encima de la mesa, dijo que trajeran a los que habían hecho aquello.
.- Mira, la guerra es la guerra y quien se mete sabe a lo que se arriesga…
.- Es que Tinerfe no se metió en ninguna guerra y los falangistas sí… los falangistas estaban en esta isla haciendo el chulo puta, impresionando a las criadas y bebiendo como cosacos, aquí no hubo frente, ni bando rojo ni….
.- ¿Entonces por qué detuvieron a Tinerfe? Porque Tinerfe era un republicano… y los republicanos y los nacionales estaban en…
.- Tan leído…Mira Miguel, en agosto, septiembre y hasta octubre del 36 TODOS éramos republicanos, hasta octubre no se aclararon e inventaron lo del Estado que no era ni reino ni republica …lee historia… hasta el General Queipo de Llano gritaba vívala Republica y en Capitanía ondeaba la tricolor…
.- ¿Entonces?
.- Entonces los falangistas detenían a comunistas, anarquistas… a los que tenían armas…y a la demás gente por venganzas personales.
.-¿y que había hecho tinerfe para que lo detuvieran?
.- Tinerfe era mariquita…¡perdón! Homosexual, y republicano
.- ¿No pretenderás decirme que se dedicaban a detener a los homosexuales?
.- A granel no, pero si habías sido el novio de un falangista destacado, pues si….
jueves, 29 de abril de 2010
Al clarear el día comenzó
Al clarear el día comenzó a soplar el viento, la niebla de la noche anterior comenzó lentamente a disiparse dejando un día de verdes intensos. Enseguida comenzó el tradicional ajetreo de la casa, aquel día aumentado porque era día de mercado muy especial, al coincidir con la llegaba de los barcos de la escuadra camino de América, y su hija con el ama de llaves debían bajar a Garachico. Después de enganchar el caballo a la tartana, partieron las mujeres camino del puerto. El día trascurrió deprisa por el muchísimo trabajo de la vendimia. Martin regresó a casa cuando ya oscurecía, al entrar en la cocina se detuvo al escuchar a su hija contándole a su madre:... y madre, del Gara-bato ha bajado la Gara con una collera de ocho mulas, ocho mulas madre, dos más que el coche del Señor Adelantado y detrás veinte guanches a caballo todos con las mantas esperanceras y sus añepas en ristre. Había que verlos madre, y a la derecha del coche la Guayarmina vestida toda de negro y montando a la amazona su yegua torda. Y después, cuando de la falúa que lo traía del barco, se bajó el señorito Manuel, que bonito madre, se abrazaron la Guayarmina y el hijo durante un rato largo y nadie dijo nada y se quedo el puerto en silencio. El señorito Manuel es buen mozo, muy alto, mucho más que la madre, casi de la estatura del Rodrigo, pero este más claro de piel que aquel. Y se le nota que quiere bien a su madre, la acompañó al coche de la Gara, la ayudó a subir y se despidió con tanta ternura y tantos besos que parecían enamorados. Después los señoritos no se quisieron subir al coche, montaron en dos caballos y todos, los señoritos delante, detrás el coche y más atrás los guanches al galope se perdieron por el camino que sube a Tacoronte… fue como si se le hubiera hinchado el cerebro, no entendía nada, le costaba trabajo hasta pensar. La mera idea de que la Guayarmina tuviera un hijo le era incomprensible y le aterraba, sabía perfectamente que ella no se había casado, también estaba seguro que ella era virgen el día del incidente… No quería ni pensar que él o Álvaro pudieran ser el padre de aquel bastardo casi blanco. Se dijo que era imposible, “todo” el mundo sabe que en una violación las mujeres no se pueden quedar preñadas… Luego pensó que la primera vez tampoco era posible… Más tarde que el hijo tenía que ser de Álvaro… Le podía dar todas las vueltas que quisiera al tema, estaba claro, el chaval fuese de quien fuese solo tendría catorce años, pero con catorce años se sabe coger una espada o apretar un gatillo y si el chico quería tanto a su madre, sus horas no eran muchas. Por otro lado, ¿pedir ayuda? La prepotente muestra de poderío de la Gara, era una autentica provocación, le encolerizaba, era una ofensa, ella no era nadie, no era nada, solo una sucia guanche con dinero que se daba más boato que el Adelantado de Castilla, pero era evidente que Gara, sus hombres y su dinero estaban del lado de Guayarmina y a él ya no lo apoyaba nadie. Estaba claro que algo había que hacer, pero cualquiera se atrevía a hacer algo… Volvió a maldecir al imbécil del Fajardo por casarse con Gara, lo había jodido todo, al bautizar a la guanche para casarse y luego dejarle su fortuna los había convertidos en personas con derechos, ya no era como antes, ahora ella los protegía, era una de ellos pero con tierras y dinero. Tenía que buscar una solución, tenía que encontrarla pero no tenía tiempo, le dolía la cabeza, no podía parar de recordar la emboscada, ni cuando ejecutaron al cabecilla, ni a Guayarmina suplicando…
Tuvo tiempo, mucho tiempo, toda la noche, toda una noche entera para escribir su testamento, una carta a su mujer, otra a su hija, y cinco notas más pidiendo auxilio que no pudo enviar… Después todo fue muy rápido. Cuando abrió la puerta al amanecer allí estaban todos, Manuel delante de la puerta con la espada desenfundada, más atrás Rodrigo, a lo lejos Gara y Guayarmina y al fondo los guanches que ya habían prendido fuego al granero, y soltados a los animales. Demasiado parecido a él para negar lo evidente. Le sorprendió la tranquilidad y el acento inglés de Manuel al decirle que si él le contaba a su mujer y su hija lo que le había hecho a su madre, la cosa seria fácil y breve, que si no, su hija tendría un día inolvidable… Diez minutos muy tensos, Martin dijo que no tenía nada que contar a su hija y a su mujer, Manuel con un gesto dio la orden para que las prendieran y empezaran a desnudarlas. Las mujeres se resisten gritan y piden socorro, Martin firme sin mover un musculo y Manuel enfrente vigilante, Guayarmina pide que se detengan y Manuel ordena que se continúe. Ana la hija de Martin, deja de gritar y de resistirse, se ha dado cuenta de lo que pasa, Manuel ordena que se detengan. No ha hecho falta que Martin confiese, la mirada de Ana no deja lugar a dudas, el llanto de su mujer no es por lo que ha estado a punto de pasarle. El valor le duró hasta allí, justo hasta ese momento, cuando vio la cara de odio desprecio y asco de su hija, su mujer, Gara, Guayarmina, los guanches, Rodrigo y Manuel se derrumbó. Muy lamentable. Siempre es lamentable que los últimos minutos en este mundo un hombre los pase meado, vomitando, llorando, suplicando, gritando, perdiendo las uñas agarrándose a la puerta, la barandilla, la hierba, el suelo, la tierra… pataleando, insultado, maldiciendo… pudo haber sido más breve, al final hubo de dar dos hachazos para cortarle la cabeza, cuando dejó de gritar fue un alivio inmenso para todos. La verdad es que lo complico todo resistiéndose, alguien pensó que tal vez tenía razón cuando decía que lo divertido era que se resistieran
domingo, 25 de abril de 2010
Siempre era igual
Siempre era igual, la misma pesadilla desde el principio hasta el final, al menos, de las dos pesadillas que le acompañaban desde hacía ya quince años, esta era la buena, la otra, en que los justicias del rey daban tormento y terminan degollando al cabecilla de la tribu era bastante peor. Por otro lado, Martin, desde muy pequeño, estaba seguro que cuando él pensaba o soñaba con alguien es que ese alguien pensaba en él. Lo había probado infinidad de veces, la anterior vez que tuvo la misma pesadilla, por la mañana, encontró huellas recientes de caballos justo en el sitio desde el que se puede vigilar su casa. En aquel momento le daba lo mismo, de noche era absurdo salir solo de casa a buscar a los que le vigilaban, además después de recordar aquella historia ya no podría conciliar el sueño el resto de la noche. Como siempre, mientras se levantaba, volvió a decirse para sí pero en voz alta:- Puta guerra, puta justicia, puto rey, y puto Papa… ahora lo decía como quien reza una plegaria, una simple muletilla monocorde con la que necesitaba comenzar el día. Antes, hace años, cuando todavía se consideraba inocente, y la victima real del incidente del barranco, era bastante más vehemente en su peculiar jaculatoria diaria y después de lo de puto Papa se marcaba un enérgico discurso en el que no solo maldecía aquella puta guerra cruel y absurda en la que seguía metido, sino también a todas las guerras del mundo en las que había participado desde que con trece años entró al servicio del Rey de las Españas. En lo de la justicia, el Rey y el Papa era mucho más breve. Simplemente reflejaba las ganas de rebanarles el gaznate por bastardos, hipócritas, e hijos de la gran puta… y sobre todo porque entre los tres, la justicia, el rey y el papa le habían jodido la vida. Al dar el primer paso se dio cuenta por el sonido, que la maldita niebla continuaba cubriendo el valle de la Orotava. Sintió que un terrible escalofrió recorría toda su espalda, no era el miedo de los primeros años, ya no tenía miedo a la muerte, lo que ahora, con su hija ya mayor, no quería morir hasta dejarla bien casada. De la niebla lo que más le preocupada no era la falta de visibilidad, muchas veces había luchado en la oscuridad, sabía que las tribus de guanches rebeldes la aprovecharían y bajarían por los montes desde Anaga y las Mercedes y por la finca Gara-bato entrarían en el valle para robar animales de las fincas de los colonos, siempre pasaba igual… lo malo es que cuando la niebla cubre el valle, pasa como cuando nieva, los sonidos se paran, se amortiguan, es como si el espesor de la niebla hiciera los sonidos tan lentos y tan bajos que a veces no se pueden escuchar ni los propios pasos, y eso, el no poder oír ni ver al que podía estar detrás, o al lado, le estremecía. Recorrió la casa de arriba abajo, con una palmatoria en una mano y una daga en la otra, comprobado habitación por habitación, pasillo por pasillo, que estaban trancadas todas las puertas y ventanas de la casa, fue difícil, es complicado interpretar y no asustarse con las imágenes, las luces y las sombras que se forman con una escuálida vela en las paredes de la casa. Luego salió al exterior, estaban allí, ni los vio, ni los escuchó pero sabía perfectamente que aquellos salvajes estaban otra vez allí robándole ganado y vigilándole. Sintió que ella también estaba allí espiándolo y planeando su venganza, llegó a mirar en la oscuridad el lugar exacto donde seguro que estaba Guayarmina, la guanche que había forzado antes de la escaramuza del barranco. Estaba seguro que si tuviera en ese momento su mosquetón y disparaba a aquel punto la mataba seguro. Pero no tenía ganas, ya no. Estaba cansado, harto, asqueado de aquella puta guerra que no terminará nunca, y seguirá y seguirá hasta que muera el último de los salvajes. Harto de disparar, de matar, del olor dulzón de la sangre…o del acre de la pólvora, harto de haber matado a familias enteras, primeros al padre, luego a los hijos, luego a la madre, luego a las hijas… Además, cuando lo pensaba un poco, comprendía a Guayarmina. Hoy nunca lo hubiera hecho, pero entonces… Es que entonces lo divertido era que ellas se resistieran, el que lucharan, el que presentaran batalla, el que no se dejaran, el que fuesen vírgenes… por eso le encantó aquel día y no lo olvidará nunca. Literalmente tuvo que sacarla a bofetadas de la cueva, el desnudarla delante de toda la tribu fue bestialmente increíble y luego el poseerla… fue como montar a un caballo salvaje… y si no se hubiera rendido de agotamiento seguro que hubieran llegado a la gloria más veces seguidas, por eso por rendirse se la pasó a Álvaro, para que se divirtiera y estrenara… Claro nunca se le ocurrió pensar que se montaría la que se montó.
miércoles, 21 de abril de 2010
Sabía que era hombre muerto
Sabía que era hombre muerto si se movía. Desde el suelo donde fingía su muerte miró a su alrededor. Álvaro, el más joven de la compañía, casi un niño, aterrado y retorciéndose de miedo gritaba lloriqueando pidiendo perdón y clemencia tras unos matorrales. Marcial, el tipo más bravo y valiente de todos los soldados con los que había luchado en su vida de soldado del rey estaba muriéndose. Lo habían derribado del caballo con una pedrada, después aprovechándose cobardemente de que Marcial estaba en el suelo, los salvajes le habían atinado con otra piedra enorme en mitad de la cabeza que había reventado como cuando casca una sandia al caer al suelo, de todas formas el hombre aun respiraba, hacia ruidos guturales, tenía espasmos y se retorcía mientras manaba abundante sangre de su cabeza. Justo, el capitán, uno de los hombres más divertidos y juerguistas del mundo, a pesar de tener la lanza clavada en el vientre, estaba en absoluto silencio, blanco como las paredes y con un hilo de sangre que le salía por la comisura del labio, el hombre, con los ojos abiertos como platos, mirada todo lo que sucedía a su alrededor como sin comprender nada de lo que había sucedido y sin puñetero interés por el final de la escaramuza. Poco a poco los salvajes fuero bajando de lo alto del desfiladero, y cada vez tiraban las piedras desde más cerca y mejor puntería a sus amigos. Por fin el animal salvaje que los dirigía, la mala bestia que escondido entre la maleza en lo más estrecho del desfiladero, había saltado a traición clavado su lanza a Justo y derribándolo del caballo al comienzo de la emboscada, levantó los brazos para indicar a los de su tribu, que cesasen en el ataque.
Los hombres, las mujeres y los niños de la tribu se arracimaban en el fondo del barranco contemplando alegres los restos del combate. Por un momento pensó que si con su trabuco, que aun no había disparado, tomaba un rehén, tal vez podría llegar a su campamento y salvar la vida. Mientras preparaba su escapada, vio al jefe del ataque como miraba desafiante al capitán Justo, el capitán miró primero al salvaje y luego a su trabuco caído a solo unos metros de su mano, fue como decirle: si tuviera el trabuco en la mano te daría lo que te mereces… fue curioso, es como si el salvaje inculto hubiera sido capaz de comprenderlo, se agachó, cogió el trabuco, se lo acercó a la mano y cuando estuvo a escasos centímetros de dárselo, y el capitán ya miraba sonriente y contento al salvaje por ser tan estúpido de acercarle su arma, el salvaje soltó el trabuco para coger su lanza todavía clavada en el vientre de Jjusto y sacársela de un tirón. El alarido de dolor del capitán fue terrible, luego blasfemó retorciéndose de dolor, blasfemó, maldijo al salvaje gritando y terminó escupiéndole impotente. Sin apenas inmutarse, como quien señala con un palo la pizarra, el guerrero acercó la punta de su lanza, aun manchada de sangre, hasta los labios de Justo, luego lentamente empujó hasta tocar los dientes, siguió empujando hasta que Justo tuvo que abrir la boca y con la brutalidad del picador al toro empujó con toda su fuerza la lanza hasta que la sacó por la nuca de Justo. Al apartar la mirada del cadáver fue cuando la volvió a ver a ella. Volvió a recordarla debajo, retorciéndose, resistiéndose, gimiendo, gritando, llorando, y volvió a excitarse y volvió a desear hacerla otra vez mas suya a la fuerza como habían hecho aquella misma tarde… y en eso estaba cuando ella volvió la cabeza y sus miradas se cruzaron, ella se dio cuenta de que estaba vivo y gritó señalándolo aterrada y contenta al mismo tiempo por pillarlo vivo… Como en todas las pesadillas fue el momento en que se despertó empapado en su sudor