Al final hubo que matarlo

No pudo ser, al final hubo que matarlo y enterrarlo. Ahora soy inmensamente feliz, ya no hay nubes, pero no me siento orgulloso de lo que hemos hecho. Terminar así con alguien, sea por la razón que sea, es una cabronada enorme. Supongo que si me sucediera a mí, me pillaría un rebote del quince y montaría el escándalo del milenio, no es justo acabar con alguien de esa forma simplemente por quitarlo de en medio para siempre. Lo reconozco, yo empecé cuando dije: ¡ojalá se muera! Estaba harto, harto de estar harto, aburrido de ver siempre la sonrisa enorme del Peque cuando algo recordaba al puto Nen de los cojones. Su nombre, Alcalá de henares, Paris, Thermomix, REM, Cacho, Gordo Cabron,… eran palabras, música, fotos, que le recordaban su increíble aventura y, siempre, siempre eran el detonante de una alegría enorme que lo desbordaba todo cambiando para siempre el momento. Si, es verdad, era solo un recuerdo, la alegría de recordar un historia increíble, pero jode, jode mogollón saber a tú pareja relamiéndose con un puto recuerdo en el que yo solo era un comparsa. La verdad es que cuando dije: ¡ojalá se muera! esperaba escuchar, una vez más, la cólera desmedida del Peque cuando me paso con alguno de sus amigos del alma. No pasó nada. Casi diez minutos de silencio increíble, luego un:- tal vez ha llegado el momento de acabar para siempre….- que sonó horriblemente triste aunque me lo decía con una sonrisa… el:- habrá que enterrarlo- con el que terminó la frase me sonó terrible. Tardemos casi una semana en volver a hablar del tema, estábamos todavía en la cama cuando dijo: yo, para mí, que lo mejor es matarlo, enterrarlo, contárselo a la gente y hasta montarnos un funeral, si lo piensas es lo mejor, así nadie volverá a hablarnos de él…. Me quedé de piedra, durante rato solo acudían a mi cabeza imagines e ideas de las historias de la familia del Peque, me imaginaba al bisabuelo cargándose a los falangistas, a la madre disparando al mirón, o al primer Fajardo cortando la cabeza del guanche… la verdad es que llegué a sentir escalofrío, pensando que la idea de enterrarlo no era metafórica. Él Peque se dio cuenta, a veces lee mi cabeza como si fuera trasparente. Me miró como si yo fuera totalmente idiota, cogió el teléfono de la mesilla y llamó a la Pija: - …. que como te conté, que creo que lo mejor es llamar a la gente y contarles que se ha muerto, que lo enterramos el miércoles, y que tendremos un funeral el sábado…. Hablamos con el cura del Buen Suceso, (para un funeral no se necesita nada más que pagar) y nos lo quitamos de encima para siempre… - Respiré tranquilo.

Al final terminó más o menos así, La pija y yo llamamos a todos los amigos y conocidos para decirles que teníamos funeral el sábado, que el Nen había muerto, que estábamos muy afectados, que después nos reuniríamos en casa, y que no queríamos ver lágrimas de nadie…

Supongo yo que treinta y tantos rezando por la salvación de su alma no le hará nada malo. A lo peor fue pecado contratar el funeral, supongo que tampoco está bien la trola de que se mató en Menorca, lo que está claro es que ahora cuando suena REM, o se escucha Alcalá de Henares, o Paris… Somos tres los que sonreímos…

Es copia de: http://pau-2d2.blogspot.com/