Reacciona estupendamente

Reacciona estupendamente a las muestras de cariño, por eso, conociendo la mirada y la sonrisa de Pau, no me extrañó nada cuando mi madre dijo:- No Pau, tú siéntate enfrente de mí- Aunque lo dijo en voz baja sus palabras resonaron en el salón como si un terremoto hubiera levantado en vilo los cimientos de la casa. Las miradas de mi cuñada Ana y mi hermano se cruzaron aterradas como si hubieran visto al zombi del Fajardo paseando por el salón. De alguna forma hay que entenderla, mi cuñada lleva media vida esperando que se muera mi madre para ocupar su puesto, y ahora en un instante de nada y por una simple sonrisa y dos miradas ve como desplazan a su marido y sientan a un niñato en el puesto principal de la mesa… hay que entenderla eso jode.

La verdad, el protocolo de Garabato es asfixiante. Pero aquí nadie duda, en una cena, en una comida, en cualquier acto de la vida cotidiana donde la gente tiene que sentarse, dormir u ocupar un lugar concreto, ese lugar ya está establecido de antes incluso de nacer. Fueron rígidas normas de protocolo, lo son y lo serán siempre porque son la única forma de mantener contentos a los sesenta y tantos copropietarios de un proindiviso durante más de cuatrocientos años. Por eso mi madre, “La Señora” con su “tú siéntate enfrente de mí” trataba a Pau como invitado importante en lugar de tratarlo como un simple amigo mío, desplazando con ello a mi hermano y su mujer a un puesto secundario, había que verlos….