lunes, 22 de marzo de 2010

Degenerado

¡¡¡DEGENERADO!!! ¿Degenerado? No, no creo. Supongo que no, de todas formas se lo preguntaré al Campoy que de eso sabe mucho. (El Campoy es el único psiquiatra del Opus que conozco) El caso es que allí. En aquel momento. Justo después de que mi madre bendijese la mesa, y mientras la camarera de los pezones sonrosados servía la sopa de menudillo, la única idea de mi cabeza era apartar vajilla, la cristalería, la cubertería y los entremeses, y allí mismo, encima de la mesa, echar el polvo del milenio. Una vulgaridad y una cutres del carajo, ya, ya lo sé, sobre todo porque delante de mi madre sería imperdonable, bueno… imperdonable e imposible, buena es Doña Concha para esas cosas, seguro que me pongo a hacerlo y me muele a bastonazos antes de desabrocharme la bragueta… Pero es que, una cosa es lo que se desea, como el aire para respirar, y otra distinta lo que se hace, y yo en aquel momento lo único que tenía ganas es de echar un polvo como dios manda delante, realmente en las mismas narices, del soplapollas. Me tenía harto. Harto de estar harto, cansado, aburrido de su puñetero aire de superioridad, de sus risitas, de sus miradas… Sí lo sé, todo eso lo único que indica es un lamentable estado de mi autoestima. En situación normal, o lo hubiera sacado a hostias de casa, o hubiera pasado de él como se pasa de la mierda. Pero en la misma semana que mí pareja se tira a mí primera novia, en la que mí hermano la invita a ella y su cornudo marido a comer para celebrar vaya usted a saber qué, y en la que el marido cornudo se cachondea, en mí cara y en mí casa por el sexo de mí pareja, pues bueno… eso… que me dio por pensar que era yo el que tenía que demostrar allí algo. La suerte es que el vino de Garabato es una autentica porquería, tanto, tanto que la gente cuando lo cata piensa que se ha picado. El soplapollas se quejó, yo me levanté a buscar otro, y Pau se vino a acompañarme a la bodega. Menuda bronca la del Pau… Ya no estaba amarillo verdoso, pero seguía con un mosqueo del quince por mi comentario sobre cuernos delante del soplapollas… Según Pau el tipo está mosqueado y yo soy un imprudente y un… lo callé con un beso, le tenía ganas, y si no es porque había que buscar el vino, y la idea era más hacerlo encima de la mesa, seguro que se hubiera armado gorda en la bodega. No está bien reconocerlo, pero ya en tiempos del abuelo, y mira que el hombre intentó por todos los medios sacar un buen vino de la finca, hubo que decidirse por comprar vinos de la Ribera del Duero y cambiarles la etiqueta como si fueran de Garabato, después siempre se ha seguido así, y hubiera sido perfecto si el encargado de la bodega hubiera mantenido un mínimo de orden separando los vinos de Garabato y los de Ribera, no, el tío se fiaba de su memoria, y se murió. Ahora cada vez que se busca un Ribera hay que abrirlo y probarlo. Subimos cantando y muertos de risa, y no hubiera pasado nada si el idiota de mi hermano no hubiera preguntado de que nos reíamos. Bueno… si él no hubiera preguntado y si Pau no hubiera respondido… Ahora las relaciones de las familias, a pesar de las carcajadas de mi Madre y Macarena, vuelven a ser ásperas... Mi hermano no me habla. Supongo que eso, que piense y diga que soy un degenerado y que Pau y yo volvamos a montar en moto es un buen síntoma… Espero.

15 comentarios:

Alma dijo...

Esta historia mejora, como los buenos vinos, que aunque guardados en la bodega de Garabato, son de Ribera de Duero o de dónde coño los hayan traído; siempre alguién nos engaña, hasta en los mejores restaurantes, jajaja.
Así que, tú mi querido Miguel no eres un degenerado, eres un amor, por conseguir que yo siga entrando aquí, en ésta tu casa y me vaya con una sonrisa, como la vuestra subiendo la escalera.

Besos salados

d2 dijo...

Alma

Jajajajjajajja La suerte es tenerte siempre al otro lado. Nada del rollo este de contar cosas tiene sentido sin gente como tú que lee y cuenta lo que piensa. Un beso enorme que te queremos.

María Beatriz dijo...

Jajajajaja! Está muy buena tu historia!
Por cierto,es natural que te hayas enojado, pero...¿importa lo que digan?

Saludos

d2 dijo...

Claro que no importa, si uno tuviera que moverse por lo que opina la gente… apañados. Pero jode mogollón. Me encanta sentirme cómodo en mi casa, con mi familia, con mis amigos…. Y cuando alguien me chafa el momento con gilipolleces me pierdo… Ya lo sé no es de muy adulto, tampoco prendo serlo.
Mogollón de gracias por pasera por aquí, es una gozada encontrarte.
Un beso

coco dijo...

Genial.

Gustavo Tisera dijo...

MUY BUENO EL BLOG! Ya está en mis links para visitarlo seguido. Un saludo!

Jonessy James dijo...

coincido con el de arriba

muy bueno el blog, muy entretenidos los relatos, te sigo

Jonessy james

d2 dijo...

Coco
No es genial, pero opiniones como esa encantan. Millón de gracias

d2 dijo...

Gustavo Tisera
Me encanta que te guste, te sigo. Muchas gracias

d2 dijo...

Jonessy James
Siempre es cojonudo leer comentarios. Nunca sé cuantos me leen, y mucho menos lo que opina.
Hoy es uno de esos días en que se disfruta a borbotones. Gracias
Te sigo

Anónimo dijo...

Jajajaj está divertidísimo tu blog! lo que pasa q estoy leyendo al revés y me hago un poco de lío, tengo q ir en orden. Personalmente los post políticamente correctos me aburreeeeeen,xauu!!!

d2 dijo...

Sorry Virginia, de verdad que lo siento. Sé que debía explicarlo en algún sitio, pero los relatos están desordenados, no siguen orden alguno… supongo que como lector puede ser un coñazo pero… es así. Mogollón de gracias por tu visita, un beso
Miguel

Anónimo dijo...

Eyyy yo también tuve una cuñada q era una pedazo de zorra y encima parece que la única que se daba cuenta era yo, y muchos años después la encontré un día por el tuenty y la dije lo hija de puta q era y ese día me liberé que no veas poruqe para mí los años no hacen que las cosas pasen, de eso nada por respeto a mí misma no olvido, un besooo!!

MOntoya dijo...

Creo que me perdí en la línea 2.654.

Ana dijo...

Mi cuñada también es bastante gilipollas, muy en la línea de la tuya, pero con el agravante de la juventud.

Por lo demás, cada día que pasa me identifico más contigo. La familia, ese curioso zoo sin el que no se puede vivir y con el que acabas encabronándote cada vez que se producen esas reuniones... y esas ganazas de hacer algo que deje a toda la cuadrilla con cara de vaca mirando al tren...
Al final lo único que estamos pidiendo es un poco de respeto.

Pero nada, donde hay confianza, caca de vaca.

Besos, M.