miércoles, 21 de abril de 2010

Sabía que era hombre muerto

Sabía que era hombre muerto si se movía. Desde el suelo donde fingía su muerte miró a su alrededor. Álvaro, el más joven de la compañía, casi un niño, aterrado y retorciéndose de miedo gritaba lloriqueando pidiendo perdón y clemencia tras unos matorrales. Marcial, el tipo más bravo y valiente de todos los soldados con los que había luchado en su vida de soldado del rey estaba muriéndose. Lo habían derribado del caballo con una pedrada, después aprovechándose cobardemente de que Marcial estaba en el suelo, los salvajes le habían atinado con otra piedra enorme en mitad de la cabeza que había reventado como cuando casca una sandia al caer al suelo, de todas formas el hombre aun respiraba, hacia ruidos guturales, tenía espasmos y se retorcía mientras manaba abundante sangre de su cabeza. Justo, el capitán, uno de los hombres más divertidos y juerguistas del mundo, a pesar de tener la lanza clavada en el vientre, estaba en absoluto silencio, blanco como las paredes y con un hilo de sangre que le salía por la comisura del labio, el hombre, con los ojos abiertos como platos, mirada todo lo que sucedía a su alrededor como sin comprender nada de lo que había sucedido y sin puñetero interés por el final de la escaramuza. Poco a poco los salvajes fuero bajando de lo alto del desfiladero, y cada vez tiraban las piedras desde más cerca y mejor puntería a sus amigos. Por fin el animal salvaje que los dirigía, la mala bestia que escondido entre la maleza en lo más estrecho del desfiladero, había saltado a traición clavado su lanza a Justo y derribándolo del caballo al comienzo de la emboscada, levantó los brazos para indicar a los de su tribu, que cesasen en el ataque.

Los hombres, las mujeres y los niños de la tribu se arracimaban en el fondo del barranco contemplando alegres los restos del combate. Por un momento pensó que si con su trabuco, que aun no había disparado, tomaba un rehén, tal vez podría llegar a su campamento y salvar la vida. Mientras preparaba su escapada, vio al jefe del ataque como miraba desafiante al capitán Justo, el capitán miró primero al salvaje y luego a su trabuco caído a solo unos metros de su mano, fue como decirle: si tuviera el trabuco en la mano te daría lo que te mereces… fue curioso, es como si el salvaje inculto hubiera sido capaz de comprenderlo, se agachó, cogió el trabuco, se lo acercó a la mano y cuando estuvo a escasos centímetros de dárselo, y el capitán ya miraba sonriente y contento al salvaje por ser tan estúpido de acercarle su arma, el salvaje soltó el trabuco para coger su lanza todavía clavada en el vientre de Jjusto y sacársela de un tirón. El alarido de dolor del capitán fue terrible, luego blasfemó retorciéndose de dolor, blasfemó, maldijo al salvaje gritando y terminó escupiéndole impotente. Sin apenas inmutarse, como quien señala con un palo la pizarra, el guerrero acercó la punta de su lanza, aun manchada de sangre, hasta los labios de Justo, luego lentamente empujó hasta tocar los dientes, siguió empujando hasta que Justo tuvo que abrir la boca y con la brutalidad del picador al toro empujó con toda su fuerza la lanza hasta que la sacó por la nuca de Justo. Al apartar la mirada del cadáver fue cuando la volvió a ver a ella. Volvió a recordarla debajo, retorciéndose, resistiéndose, gimiendo, gritando, llorando, y volvió a excitarse y volvió a desear hacerla otra vez mas suya a la fuerza como habían hecho aquella misma tarde… y en eso estaba cuando ella volvió la cabeza y sus miradas se cruzaron, ella se dio cuenta de que estaba vivo y gritó señalándolo aterrada y contenta al mismo tiempo por pillarlo vivo… Como en todas las pesadillas fue el momento en que se despertó empapado en su sudor

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola d2!! Casi he sentido que me atravesaban a mí la cabeza con la lanza.
Entiendo que el hombre de la pesadilla se excita soñando que mata al capitán y que se despierta empapado en sudor porque entiende que está salido perdido.
Supongo que habrá 50.000 interpretaciones posibles.
Primero pensé que estabas relatando algún suceso real de la conquista de América, después que el capitán, el indio y el hombre del sueño eran la misma persona y por último la teoría que te he contado al principio que es la que me cuadra más.
Un beso!!

d2 dijo...

Vir

Jajajjajajajajaj la verdad, uno propone y el lector dispone. Supongo que cuando uno sabe escribir, cuando uno es un escritor de verdad, el resultado se debe parecer mucho al objetivo que uno se ha propuesto. Algún día lo lograré o moriré en el intento, por el momento me conformo disfrutado proponiendo historias. Me apetecía traer aquí hoy historias que se contaban cuando la tele se veía de puta pena en Garabato y en la cocina al calor, de los fuegos los días de lluvia o niebla, los hombres y mujeres de la fincan se entretenían contado historias… Aprenderé
Un beso y ya sabes gracias por el comentario.

Anónimo dijo...

Me ha gustado muchísimo!! Lo he leído tres veces incluso he buscado si en alguna batalla hubo un capitán llamado Justo porque creía que era una historia real de lo bien explicada que estaba, eso de la lanza que atraviesa la cabeza ha hecho que me lleve la mano a la nuca.

Yo entendí que el tío se excitaba en el sueño matando al indio y eso hacía que se despertara alterado porque se daba cuenta de estaba para írselo a mirar.

Ha sido muy interesante d2, seguiré flipando con tus historias y versionándolas a mi manera, no lo hago a drede lo juro!! Un beso!!!

d2 dijo...

Sinceramente, da vértigo cuando cambias el estilo y propones otra historia…. ¿gustará?¿se entenderá? … Yo por mas veces que lea lo que he escrito termino leyendo lo que pretendí contar y no lo que he escrito (soy así) por otra parte, como yo conozco la historia completa tiendo a suponer que se entiende, o que se supone, lo que aun no está contado. Un jaleo.
Me encanta que te guste. Sé que no lo haces adrede, espero que en la siguiente entrega se entienda todo mejor. Gracias un beso

Anónimo dijo...

Como anécdota te cuento que en el instituto, cuando estábamos traduciendo la guerra de las galias de julio césar, yo no daba una pero la profesora siempre me ponía sobresaliente porque el caso era controlar los tiempos verbales y todo eso pero lo que es entender el texto nunca, yo hacía traducciones libres por eso te digo que perfectamente puedo ser yo la que no se entere y que esté clarísimo tu texto, a ver qué dice la gente besos!!!

Ana dijo...

La gente (o sea, yo, por ejemplo) dice que QUÉ MÁS DA si uno intenta decir una cosa y otro entiende otra totalmente diferente... da igual, la cosa es que uno disfrute escribiendo y el otro leyendo. Y que sea creíble, que mantenga el pulso narrativo y no sé cuántas tontás más...

La gente (o sea, yo, por ejemplo) dice que mola, y que sigas. Que siempre nos dejas a medias, como un mal amante. Coñio.
Beso.

d2 dijo...

Tormento

Después de decir que le mola, puede usted llamarme lo que quiera. La adoro y no me enfado por lo de ….como un mal amante… Esa comparación duele. Y no porque uno pretenda ser la hostia y la rehostia en el tema, que no es eso, es que da usted pie a que ESTE empiece las bromas malaleche…
Gracias un beso enorme

matrioska_verde dijo...

me ha recordado la novela que leí estas navidades "Inés del alma mía", y las batallas entre los conquistadores y los indios mapuches... ¡mira que eran salvajes!, y me refiero a todos...

¡tremendo sueño!

el texto tiene un ritmo frenético y mucha emoción hasta el final.

me dió mucha grima el detalle de tocar la lanza en los dientes...

¡tremendo!

bicos,

Anónimo dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con aldabra, yo también sentí que estabas narrando cualquier episodio de la conquista de América, me dio muchísima grima lo de la lanza y curiosamente también pensé que el de la lanza era un indio y creo q no lo dices en ningún momento.
Inés del alma mía me gustó muchísimo como prácticamente todo lo q escribe Isabel Allende, saludos!!